Cuando la línea aérea me cambió el vuelo y le agregó 40 horas a mi estadía en México, lo primero que se me vino a la cabeza fue ir a las pirámides.
Teotihuacán queda a menos de una hora de Ciudad de México y aunque la mayoría de los visitantes extranjeros prefiere pagar un tour, yo no iba a pagar las 6 veces más que cuesta este servicio y lo hice como los visitantes locales.
El DF cuenta con una red de metro con 12 líneas que abarca gran parte de la zona central de la ciudad y múltiples conexiones con estaciones de bus y el tren ligero. Como la hora de arribo al aeropuerto fue en la madrugada y no podía registrarme en la hostal pasado el medio día, opté por pagar un locker y viajar lo más ligero posible, me aguardaba una larga caminata y subir muchos escalones.
Directo desde el aeropuerto sale la línea que lleva a la estación llamada «Buses del norte», lugar donde sale el bus que lleva a la zona arqueológica.
Una vez dentro del recinto se puede contratar un guía particular si se quiere conocer todo en detalle, aunque el lugar cuenta con completa infografía en inglés y español. Al entrar hay dos caminos uno que lleva a las pirámides y otro corto que llega a al templo de Quetzalcóatl.
La parte principal son las pirámides, la más grande «la pirámide del sol», se puede escalar hasta su cima; unidas por la calzada de los muertos, se encuentra al otro extremo «la pirámide de la luna» la cual es de menor tamaño pero sus escalones son mucho más empinados. Después de permanecer algo más de dos horas, dejé el parque para volver al DF.
Detalle Templo de Quetzalcoatl
Pirámide del Sol
Vista desde la cima
Pirámide de la Luna
Calzada de los Muertos y Pirámide del Sol
Como aún debía hacer hora, aprovechando que me encontraba en el lado norte de la ciudad, use nuevamente el metro hasta la estación «La Villa-Basílica» para visitar la Basílica de la Virgen de Guadalupe.
El sector de la basílica es un santuario con varios templos, capillas y catedrales. Cabe destacar que cuando pasé había misa y mucha gente acude en familia. Además de las construcciones, también se encuentra un gran jardín con sus fuentes de agua.
Nueva Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe
Templo expiatorio a Cristo Rey (Antigua Basílica de Guadalupe)
Carrillón, campanario de la basílica
Parroquia de Indios
Capilla del Pocito
Capilla del Cerrito
Para terminar la tarde, el cansancio del viaje y el sol que pegó durante todo el día (se suponía que iba a estar nublado), me dediqué a descansar y a esperar que anocheciera para darme unas vueltas por el centro y salirme un rato del sector turístico. La ciudad es muy grande y con gran cantidad de gente, que al terminar la jornada laboral tiene los mismos problemas con el transporte que nuestra capital. (Al día siguiente me tocó andar en hora punta y es tan caótico como en nuestro metro).
Ya en la mañana y antes de dejar la hostal aproveché el tiempo para dar unas vueltas por el centro histórico y buscar un lugar donde desayunar. En pleno centro se encuentra El Zócalo (cuyo nombre oficial es la Plaza de la Constitución), alrededor de esta plaza se concentran las sedes del poder político, económico y religioso de México y es lugar común tanto para celebraciones y manifestaciones de la gente.
Monumento a la leyenda mexica acerca de la fundación de México
Palacio Nacional
Catedral Metropolitana
Antiguo palacio del Ayuntamiento
Después de pasar a buscar mis cosas a la hostal seguí mi camino y tracé una ruta entre el Palacio de Bellas Artes y el Monumento a la Revolución.
Palacio de Bellas Artes
Torre Latinoamericana
Hemiciclo a Juarez
Monumento a la Revolución
Tomando en cuenta la hora y que no podía llegar al aeropuerto tan tarde, me dirigí al sur de la ciudad en el tren ligero a visitar el Estadio Azteca, lugar importante para todos los futboleros ya que en su cancha se hizo el considerado el gol más hermoso y también se jugó el mejor partido de la historia.
Estadio del Club América y donde la selección mexicana disputa sus encuentros como local
Algunas placas conmemoratorias a hitos del estadio
El chileno Carlos Reinoso, ídolo del club
Túnel interior que es adornado con momentos importantes y clubes que han jugado en el estadio
En este sector figuran algunos clubes chilenos como Colo-Colo, U. de Chile y la Unión Española
No podía faltar el más grande
La mano de Dios
Firma de Diego Armando Maradona
Salida al campo de juego
Nachito, el aficionado #1 del Club América
Ya para terminar mi visita a esta gran ciudad, fui a sector de Coyoacán y más tarde al Paseo de la Reforma, donde caminando lo más rápido posible pude tomar algunas fotos antes de volver al aeropuerto.
La casa azul, Museo de Frida Kahlo
Monumento a Cuauhtémoc
Monumento a la Independencia
Fuente de la Diana cazadora
Sin duda la capital mexicana tiene mucho para ver y dos días se hacen demasiado poco y me quedé sin ir a muchos lugares, espero algún día volver a ir y dedicarle el tiempo que se merece.